miércoles, 20 de diciembre de 2006

PERIODISMO EN EL PERÚ UN OFICIO VIL

Todo depende como veamos la actividad periodística en un país, en donde el pater maximum dijo; “el periodismo puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios”. En el Perú de hoy donde pulula la coima a niveles de institucionalización, con medios de información manejados por tipos como Genaro Delgado Parker, con finalidades puramente rentistas en la más pura ortodoxia mercantilista del peor de los clientelajes. En radios provincianas donde impera el periodismo de alquiler y donde cualquier personajazo de nuestra fauna política tiene por unos soles gendarmería a sueldo bajo las ondas de cualquier radio cachinera o pasquín de medio pelo, donde la prensa chicha ha convertido la procacidad en parte de nuestra neo cultura, nuestro nuevo sello de identidad.
Entonces quien se acuerda del sesudo y bien ponderado Bausatti Meza, no creo que los periodistuchos pueblerinos a los que se les compra por kilogramo sepan siquiera quien fue este señor.
Desde hace tiempo en el interior del país principalmente que el periodista ya no es (porque incluso no le interesa) conductor, orientador de opinión, Ha disociado la veracidad de la línea periodística, se ha meado en la dignidad de quienes alguna vez arriesgaron sus vidas incluso por la profesión que hoy en dìa los sostiene económicamente.
Solo depende cuanto esta el gramo de espacio televisivo, la onza de de texto y el tercio de espacio radial. Para que cualquier sujeto haga de su dignidad escarnio y del chantaje y la falacia incluso la calumnia el oficio que le otorga un salario, justificado desde el ideario del mas ruin vividor.
Con estos comunicadores sociales, forjadores de opinión, abanderados de la prensa, sabemos porque reelegimos la sinvergüencería, la tozudez, la criollada. Porque Garcías y Fujimoris pueden ser reelectos una y otra vez
Porque se puede incendiar cuanto local municipal u oficina sectorial se pueda y los periodistas lejos de analizar el hecho y cual pandillero rentado se incline por defender lo indefendible, despreocupándose por fundamentar y las investigaciones no sean mas que mamotretos tendenciosos para justificar su mediocre y mal habida publicidad.
A veces pienso que tenemos bien merecido esta alud de podredumbre y que la dignidad y la veracidad no sean mas que un retrato pasadista con sabor a lectura de Tomas Moro.

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